viernes, 12 de septiembre de 2014

CASO1: Anti-inflamatorio Vioxx

El Vioxx es un anti-inflamatorio para tratar osteoartritis, condiciones de dolor y dismenorrea, este medicamente era comercializado por Merck&Co y Bextra y Celebrex (de Pfizer) y fue aprobado por la Administración de Alimentos y Fármacos el 20 de mayo de 1999, a pesar que en los ensayos clínicos previos a su comercialización no presentaron ningún beneficio en 1998 y 1999 recibieron el visto bueno de las agencias reguladores porque se esperaba que tuvieran menores efectos secundarios que los anti-inflamatorios ya existentes en el mercado
En septiembre del 2004, Vioxx se retiró del mercado después de que se demostró que sus efectos secundarios no sólo no eran menores sino que incluso eran mortales, ya que podrían generar ataques al corazón y embolias. La agencia reguladora de los medicamentos en EE.UU. consideró que Vioxx podía haber sido responsable de 27,785 muertes por ataque al corazón entre 1999 y 2003.
En abril del 2005, Bextra y Celebrex se retiraron del mercado tras unos cuantos meses de estira y afloja con las autoridades sanitarias que pusieron de manifiesto la gran influencia política de estas compañías.
Este caso generó gran controversia, debido a que se realizaron numerosos estudios que confirmaron los efectos adversos que ocasionó este medicamento, sin embargo, todavía sigue la duda acerca de cómo estas empresas introdujeron y comercializaron el Vioxx sin que ninguna entidad se percate de dichos efectos durante años. Los estudios realizados demostraron que luego de consumir el medicamento se evidenciaba una incidencia de infartos de miocardio y embolias, por lo que, esto nos lleva a preguntarnos cómo fue que estas empresas consiguieron la aprobación y qué documentos respaldaban su investigación.
Ante las interrogantes, se encontró rumores sobre que las empresas habrían contratado escritores profesionales para desarrollar documentos relacionados con investigaciones se publicaban bajo el nombre de médicos de renombre. Los críticos, en base a los resultados, dudan de la validez de la investigacion y cuestionan la participación real de los científicos que son mencionados como autores de estos documentos.
Asimismo, los doctores Psaty y Kronmal, en una editorial publicada en el Journal of the American Medical Association (JAMA), cuestionan si Merck pudo manipular deliberadamente docenas de documentos académicos publicados en la literatura médica, con el objetivo de promover Vioxx de manera fraudulenta, sin preocuparse por las posibles consecuencias de dichas acciones.
De igual manera, en un artículo publicado en MedHeadlines (16 abril del 2008) afirman que algunos autores enlistados en el estudio de Merck pueden ser cuestionados como es el caso de un neurocirujano y del Dr. Leon J, Thal que habían muerto hace un año en un accidente aéreo. Por lo que se conjeturaba que las empresas presentaron estudios fantasmas para que se apruebe el medicamento.
Por otro lado, se plantean dos casos de indemnización, ya que la primera supera los 30 millones de Euros, y la segunda es de 50 mil Euros, las cuales se basan en diferentes políticas que varían de acuerdo al país. El primer caso, se trata de un hombre procedente de EEUU que sufrió un ataque de corazón provocado por el consumo de Vioxx durante meses, mientras que, en el segundo caso, se menciona a una mujer española, quién sufrió un infarto cerebral tras seguir con el tratamiento con Vioxx.
Los casos mencionados dan cuenta de una clara diferencia en el sistema judicial de los países mencionados, ya que las indemnizaciones variaban porque las multinacionales farmacéuticas todavía percibían ganancias en España, motivo por el cual esta mujer no podía obtener una justicia internacional. A pesar de que Merck ocultó deliberadamente que su fármaco le incrementaba el riesgo de eventos cardiovasculares el acuerdo se demoró 3 años en salir a favor de demandante. Cabe mencionar que Merck no reconoció su culpabilidad al ofrecer el acuerdo a los demandantes, pero el hecho de acceder a pagar tal indemnización confirma que los cargos presentados en contra de esta empresa tenían sustento.
Gracias a este caso es que la FDA ha obligado a que se cuelguen los ensayos clínicos en una página Web del gobierno donde se pueden analizar todos los datos, por eso el proceso regulatorio de los fármacos es ahora más abierto que antes, para evitar favoritismos o arreglos por debajo de la mesa.
Asimismo, este caso permitió a los médicos, la sociedad y el gobierno a que se diera cuenta que varios laboratorios se preocupan más por elaborar fármacos que les generen rentabilidad, que mostrar interés en mejorar el estilo de vida o curar enfermedades, por lo que en algunos casos tiene mayor importancia el marketing y el interés económico que la ciencia y el buen ejercicio de la misma.
Por: Karen

1 comentario:

  1. En mi opinión, la venta de Vioxx en el mercado por Merk entra en contradicción porque si supuestamente el medicamento no tenía ningún defecto y comprobado con médicos de renombre, la empresa no tuvo porque acceder a pagar las indemnizaciones por las que fue culpable. Definitivamente, Merck era consciente del daño que causaba, y así seguía vendiendo el producto. Solo le importó vender más que la salud de los consumidores.

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