sábado, 25 de octubre de 2014

LOS STAKEHOLDERS

En las últimas décadas, se ha observado un cambio en el rol de las empresas en la
sociedad. Algunas de las tendencias claves que han causado este giro incluyen la
globalización de los mercados, el nacimiento de desafíos sociales y ambientales a
nivel global como el SIDA y el cambio climático, así como la decreciente capacidad
de los gobiernos para encarar estos temas en solitario. Más aún, ha aumentado
la influencia de las organizaciones de la sociedad civil. Uno de los resultados de
estas tendencias consiste en un aumento de la complejidad y la dinámica del
contexto operativo de todo tipo de organizaciones, incluyendo las empresas.
En este contexto cambiante, las empresas juegan un rol más importante que antes.
Sus actividades tienen un impacto económico, ambiental y social en la sociedad,
tanto en la escala local como global. La mayor participación de las empresas privadas en las actividades de desarrollo internacional  a menudo en colaboración con organismos internacionales constituye un cambio notable en este contexto.
En respuesta al crecimiento del rol de las empresas en la sociedad, cada vez más
miembros o representantes de distintos grupos sociales afectados por el cambio
exigen estar informados, ser consultados y participar en las decisiones corporativas.
En muchos países desarrollados, estas demandas se han incorporado a la legislación
vigente, lo que obliga a las empresas a consultar a distintos grupos de stakeholders.



Empleados

La desgracia parece haberse cebado con los Laboratorios Pérez Giménez. Desde 2009, la farmacéutica cordobesa, fabricante del famoso Calmante Vitaminado, ha conocido cuatro dueños mientras los números rojos alcanzaban cifras abisales. La empresa, en concurso de acreedores, plantea un ERE para 100 de sus 180 empleados, que llevan siete meses sin cobrar. Al declive económico de la firma se suma la guerra que mantienen en los juzgados el administrador único de la sociedad, Sergio Martínez, y los administradores concursales, en la que se mezclan grabaciones ocultas y sospechas de querer obtener un beneficio de la mala situación de la empresa.
Las primeras muestras claras de que algo no iba bien en los laboratorios cordobeses Pérez Giménez comenzaron a asomar en 2010. Sus empleados sufrieron los primeros retrasos en el pago de las nóminas. Al principio, llegaban con días o semanas de retraso. Luego, tardaron meses en cobrar. Hace 27 meses, dejaron de hacerlo. Estos cuatro años están siendo un verdadero calvario para los empleados. 111 se encuentran en medio de una especie de limbo jurídico, sometidos a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE)que al menos garantiza que algunos cobren una prestación social. Pero 40 trabajadores siguen vinculados a la empresa y ni reciben sueldo ni paga de desempleo.

La pantanosa situación que  Pérez Giménez ha puesto en el punto de mira de las críticas a los administradores concursales. El representante de UGT en los laboratorios, José Ruiz, ha llegado a llamar “irresponsables” a los cinco administradores. “Este es un proceso para destruir la empresa por parte de la administración concursal”, insistió Ruiz hace unos días. “Es una falta de respeto para las personas que están trabajando y que están dejando sin poder   comer”.



Medio Ambiente

El Singrem es una asociación civil auspiciada por la industria farmacéutica para recolectar los medicamentos caducos, sobrantes de medicamentos y envases de fármacos, con o sin residuos, que salen de los hogares y la población deposita en los contenedores especiales ubicados en farmacias con el fin de evitar riesgos sanitarios al ser desechados en el drenaje o la basura.

En entrevista, González resaltó que el Singrem ya rompió record de recolección, pues de enero a septiembre del presente año se destruyeron 349 toneladas de medicamentos caducos recolectadas en 23 estados de México; cifra que frente a las 258 toneladas destruidas en todo 2013 (en 19 entidades) significa un incremento del 26 por ciento en un periodo menor.
La cantidad destruida en los últimos meses equivale a 6.5 millones de unidades de medicamentos, 46 por ciento eran genéricos y 54 por ciento de marca, de libre venta, suplementos nutricionales y vitaminas.

“El primer año, en 2010, sólo recogimos ocho toneladas; en el 2011 fueron 25; en el 2012 llegamos a 77 toneladas y ya para 2013 fue un gran salto…  A nivel nacional ya se ha recolectado una cantidad muy importante de medicamentos caducos en todo el país: más de 700 toneladas desde que arrancó el programa en febrero de 2010. La cifra de recolección ha ido creciendo año con año”, destacó el entrevistado.
El programa es financiado por noventa laboratorios adheridos en todo el país, que cooperan con una cuota para que el Singrem lleve a cabo esta recolección, cumpliendo así con la Norma Oficial Mexicana 052 de la Semarnat y la ley de Residuos.





Consumidores Pacientes

El principio. 1957. El laboratorio alemán Grünenthal patentó la talidomida en 1955. Dos años después, en 1957, comenzó a comercializarse como un tranquilizante, pero, además, fuera de prospecto, también se usó para tratar las náuseas de las embarazadas. Se vendió en numerosos países, incluido España.
La alarma. 1959. Los especialistas Claus Knapp y Widukind Lenz, de la Clínica Universitaria de Hamburgo, empezaron a investigar las malformaciones que, a partir de 1959, comenzaron a ver en recién nacidos. Poco a poco, todo empezó a apuntar a la talidomida como culpable de que los bebés nacieran, en algunos casos, sin brazos ni piernas. Publicaron los resultados de su investigación en 1962. En el mundo nacieron unos 50.000 niños afectados, de los que quedan con vida entre 10.000 y 15.000.
La retirada. 1961. Poco antes de ese artículo, las sospechas ya estaban muy extendidas y en diciembre de 1961 se empieza a retirar el fármaco en Alemania. En España, la orden de retirada no llegó hasta 1962, y aún después se siguó consumiendo. El gigante farmacéutico acordó en 1971 indemnizar a los afectados alemanes.
El reconocimiento en España. 2010. Después de varios años de lucha, La Asociación de Víctimas de la Talidomida en España (Avite) consigue que el Instituto de Salud Carlos III acredite su situación y, en 2010, que el Gobierno español lo reconozca, paso previo ineludible para poder llevar a la farmacéutica a los tribunales.
El juicio. 2011. Avite demandó a la compañía a finales de 2011 por las “gravísimas malformaciones congénitas”. La compañía se defendió asegurando que los efectos adversos han prescrito y que no está demostrada la culpabilidad del laboratorio. El juzgado madrileño ha dicho dos años después que Grünenthal tuvo una “actuación culposa”.
Los afectados españoles de la talidomida, un fármaco contra las náuseas en el embarazo que provocaba malformaciones en los niños, consiguieron hace un mes sentar en el banquillo a Grünenthal, el laboratorio que patentó, fabricó y distribuyó el medicamento. Habían pasado más de 40 años desde la retirada del producto. La sentencia del caso, hecha pública este miércoles, estima la “actuación culposa” de la farmacéutica por no haber tomado las medidas necesarias para comprobar la seguridad del producto. Sin embargo, la juez limita a una veintena las 186 indemnizaciones solicitadas por la Asociación de Víctimas de la Talidomida en España (Avite). Los afectados cobrarán, según la entidad, entre 660.000 y 1.980.000 euros, en función del grado de discapacidad reconocido (son 20.000 euros por cada punto porcentual, y van desde un 33% hasta el 99%).
El juzgado de Primera Instancia número 90 de Madrid concede el derecho de indemnización solo a quienes fueron reconocidos como víctimas del medicamento por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2010 mediante un real decreto que fijó una serie de ayudas económicas, y a quienes puedan acogerse a esta medida en el futuro. Y excluye a aquellos que reciban fondos de la fundación Contergan, una entidad que el laboratorio alemán puso en marcha para canalizar las ayudas que acordó con los afectados alemanes en 1970. 



Autoridades Reguladoras

El escándalo en GSK se produce en medio de la fuerte campaña contra la corrupción iniciada por Xi Jinping desde que asumió el poder. El Gobierno ha prometido mejorar el sistema sanitario y poner freno al alto coste de los tratamientos médicos y los fármacos, uno de los principales motivos de frustración de los chinos. Según la Asociación de Compañías Farmacéuticas de China, los sobornos suponen el 20% del precio de un medicamento típico chino. Algunos expertos creen que Pekín está utilizando el caso GSK como advertencia para el resto.
A la vez, la agencia de planificación económica está investigando los costes de producción y los sistemas de fijación de precios de 60 fabricantes nacionales y extranjeros. La firma de análisis de inversión Edison Investment Research prevé que China sea el mayor mercado farmacéutico del mundo en 2020.
La campaña para limpiar la industria ha alcanzado también a los hospitales. Un total de 1.088 profesionales del sector médico de 73 hospitales en la provincia de Fujian han sido acusados de corrupción tras una investigación de seis meses. La Administración de Alimentos y Fármacos asegura que va a “tomar medidas enérgicas” contra los sobornos y la falsificación de medicamentos y documentación, un problema que viene de lejos. Zheng Xiaoyu, director del organismo, fue condenado a muerte y ejecutado en 2007 por aceptar dinero a cambio de aprobar productos falsos.


Por: Lucy Fernández 


Fuentes:
  • http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/11/20/actualidad/1384944318_460931.html
  • http://diario.mx/Nacional/2014-10-21_32f04f33/recolectan-en-jalisco-17-toneladas-de-medicamentos-caducos/
  • http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/09/21/andalucia/1411312578_356436.html 
  • http://www.accountability.org/images/content/2/0/204.pdf

LAS INDUSTRIAS FARMACÉUTICAS Y LA TRIPLE BASE DE LA SOSTENIBILIDAD

La sostenibilidad es un término que por primera vez se hizo popular en 1987, tras la publicación de un informe de las Naciones Unidas en el que se definía:

“El desarrollo sostenible como aquel que es capaz de cumplir las necesidades del
presente sin comprometer las posibilidades de futuras generaciones”

Recientemente tras experimentar diversos cambios climáticos que son evidentes y ya no pueden seguirse ocultando, ha hecho que la sociedad sea más consiente y se preocupe porque las futuras generaciones puedan vivir en un mundo igual o similar en el que nosotros vivimos, por eso es que se puede decir que la sociedad se está haciendo más responsable. Todo ello hace que actualmente se venga acuñando más y más este tema, un tema que viene preocupando a la población y que también viene siendo de interés de las empresas, organizaciones que al encontrar un mundo más responsable y ser manejadas por personas que viven en una sociedad cuyo pensamiento ha cambiado, también responden con una actitud similar, la cual muchas veces solo se da con el único objetivo de tener a los grupos de interés en calma para que estos no se vayan en contra logrando así que disminuyan las ganancias de los accionistas y CEOs, ello no excluye a las industrias farmacéuticas que al considerar que operan en un mundo cuya moda es ser más responsable seguirán esta nueva corriente que requiere con el cumplimiento de tres condiciones como son:


La sostenibilidad ambiental, en el cuál el interés es porque las actividades del hombre no dañen el medio ambiente para que así las futuras generaciones también puedan gozar de los recursos naturales que conocemos y con los que coexistimos.
La responsabilidad con el medio ambiente, un tema que pocos conocen a profundidad cuando se relaciona con las industrias farmacéuticas, ya que la mayoría solo habla de las malas prácticas durante la investigación de un medicamento, pero es un punto que tiene más cosas a colación. Para comenzar es cierto que la investigación y desarrollo de medicamentos le cuesta la vida a miles animales (tema que gracias a los activistas es muy conocido), pero queda un poco en el olvido que muchas personas en el tercer mundo también pagan este alto costo con sus vidas, tal es el caso de Pfizer que en 1996 mató a decenas de niños Nigerianos tras probar un antibiótico para combatir la sarampión, cólera y meningitis Bacteriana. Así mismo durante el resto del proceso productivo también tenemos contaminación del aire, aguas y suelo y así mismo hablamos también de contaminación sonora producto del ruido emitido por las maquinarias. A continuación mostramos un cuadro en el que se especifica todos los problemas que representa la producción de un comprimido, de un jarabe y hasta de crear una vacuna.


La sostenibilidad social cuyo foco central es la justicia social, la equidad y la participación social en la toma de decisiones.
La industria de los fármacos actualmente mueven millones de dólares, es una industria que día tras día va creciendo a pesar de la crisis económica que recientemente azotó al mundo entero por ello son consideradas como las más rentables, ¿y a costa de qué o de quiénes? Pues la respuesta está en los miles de consumidores que pueden pagar un medicamento, los cuales en muchas ocasiones se encuentran sobre medicados porque toman desde un comprimido vitamínico hasta comprimidos para enfermedades como la diabetes, cáncer, VIH, etc.
Mientras esa es la realidad que se pinta para aquellas personas que pueden pagar un medicamento, es otra la realidad que se vive en países cuyos índices de pobreza y desnutrición rompen esquemas de los mínimos requeridos para tener una calidad de vida aceptable.


Según el gráfico anterior del BM, son los países Africanos los que presentan los más altos índices de extrema pobreza, condición que les impide costearse la adquisición de medicamentos para curarse de enfermedades como son: sarampión, malaria, diarrea, VIH, entre otras; muchas de las cuales no son letales si es que se toma el medicamento correspondiente en el momento indicado. El dilema en este problema radica en los precios excesivos que se tienen que pagar para acceder a ello, precios que no están al alcance de estas poblaciones que necesitan estos productos para curarse y seguir viviendo, por ello se habla que la industria farmacéutica decide quien vive y quién no. Así pues nace la principal interrogante sobre si está bien el hecho de seguir llenándose los bolsillos de dinero a costa de la vida de cerca de 30,000 de personas que mueren diariamente producto de enfermedades infecciosas y parasitarias. Por ello nos preguntamos si de esta forma las grandes farmacéuticas pueden seguir hablando de una sostenibilidad social en la que más bien refuerzan la brecha entre ricos y pobres, entre los que son capaces de salvar su vida y los que no, entre los que pueden denunciar y serán escuchados y los están en un estado de indefensión degradante, que soportan la humillación, una ley que no los protege, un fracaso omnipresente que los conduce a la pérdida de esperanza (Salvar una vida, Peter Singer).

Finalmente, tenemos la sostenibilidad económica, en el cual se busca un crecimiento económico equitativo que tenga en cuenta la sostenibilidad ambiental y social, temas que gozan del olvido de las industrias farmacéuticas que como hablamos anteriormente vienen creciendo a costillas de la contaminación química de recursos naturales (agua, aire y suelo) y de la vida tanto de animales y de personas. Por ello podemos decir que la industria farmacéutica se sostiene bajo un sistema de sacarles dinero a las personas, el cual es el punto de partida de muchos partidarios que creen que las farmacéuticas son las que crean enfermedades para seguir con su propósito, llenarse los bolsillos de plata. Así es como lo declara la Dra. franco-canadiense Ghislaine Lanctot quien tras 25 años de dedicarle su vida a la medicina fue expulsada del Colegio de Médicos de Norteamérica y le fue cancelada su licencia para ejercer medicina por haber denunciado públicamente que:
  • El SIDA no se produce por contagio
  • El VIH fue creado por científicos
  • El cáncer está lejos de ser un misterio
  • Las vacunas no nos protegen
  • Las farmacéuticas transnacionales controlan sesgada y codiciosamente la investigación y la docencia médica
  • El sistema internacional de salud es una mafia mundial de la cual todos somos víctimas
  • La Organización Mundial de Salud (OMS) es un ente corrompido
  • La quimioterapia no cura, mata
  • Las prácticas médicas fueron pervertidas con intereses creados en los grandes laboratorios químico-farmacéuticos mundiales


En conclusión podemos decir que para las industrias farmacéuticas la sostenibilidad se trata de algo muy superficial que es atendido de la manera más sencilla posible y que les sirve para engañar a las personas y hacerles creer en la conciencia responsable de esta industria. Tal es el caso de la empresa Bayer que en su portal web sale a presumir que está considerada como una empresa líder internacional de sostenibilidad, cuando en el 2001 después de que se comprobó la muerte de 100 personas en todo el mundo, gracias a la administración de Lipobay, medicamento contra el colesterol, recién esta empresa decide retirar el medicamento y no antes cuando solo existían fuertes sospechas. Además recientemente en agosto del año en curso, la empresa suspendió la producción de un medicamento para personas transexuales que además recibía subvención del Estado Español, solo porque no es rentable, situación que amenaza con expandirse por toda Europa.


Por: Karen



BIBLIOGRAFÍA
http://www.mapfre.com/documentacion/publico/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=1020185
http://www.insht.es/InshtWeb/Contenidos/Documentacion/TextosOnline/EnciclopediaOIT/tomo3/79.pdf
http://www.istas.net/fittema/att/fa5.htm
http://www.cepal.org/publicaciones/xml/5/21525/lcl2325e.pdf
http://carlosdeprada.wordpress.com/toxicos-y-salud/sustancias-conflictivas/contaminacion-por-farmacos/
http://www.doylet.org/docs/sana/LaMafiaMedica.pdf
http://lamafiamedica.blogspot.com/
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2002/01/18/medicina/1011360315.html
http://www.bayer.cl/noticias/noticias_ver.php?id=928
http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/bayer-suspende-medicamento-transexuales-rentable/csrcsrpor/20140828csrcsrsoc_3/Tes


viernes, 24 de octubre de 2014

ANÁLISIS UTILITARISTA

El utilitarismo se fundamenta en el “principio de la mayor felicidad”,  con lo que quiere expresar que una acción es considerada moral si la cantidad de personas a la que beneficia es la gran mayoría, este principio se basa sus concepto el bienestar colectivo mas no en el individual.

En primer lugar el hecho que las farmacéuticas generen un monopolio al desarrollar formulas, y tener la patente por cierto tiempo llevan a que las empresas farmacéutica tengan que tomar ciertas decisiones de mucha importancia, por un lado está el hecho de tener que recuperar los millones que se invirtieron en investigación y desarrollo en el menor tiempo posible y proporcionar a sus accionistas la mayor rentabilidad posible, con lo que se reflejaría un principio egoísta, en el cual se busque más el beneficio individual. Por otro lado está la alternativa de sacrificar la rentabilidad, y buscar el beneficio de la colectividad, es decir poner al alcance de todos los enfermos la medicación que requieren, especialmente en lugares de extrema pobreza, de ver acciones de este tipo hablaríamos de decisiones utilitaristas.


En segundo lugar, las acciones que toman empresas farmacéuticas como Bayern, en financiar programas educativos para estudiantes de medicina, otorgar capacitaciones internacionales, congresos y otros programas a médicos, a puesto en debate la intención con la que se realizan estos programas, es simplemente una acción de responsabilidad social en la que compañía busca realizar una acción utilitarista, en la que busca el beneficio de la mayor cantidad de entes participantes, o es que lo hace con un carácter egoísta, con intenciones de mejorar la rentabilidad de la empresa, involucrando en las decisiones de los médicos a la hora de preferir el medicamento más competitivo en precios y calidad, o preferir la marca de la compañía que le financia y otorga programas de educación. Es en este tipo de acciones es que podemos apreciar la diferencia entre una acción utilitarista o una acción egoísta, acciones de las que podemos discrepar según el punto de vista del que sea enfocado.


Por: Ronald Bardales Ramirez

jueves, 23 de octubre de 2014

LA TEORÍA DE LA JUSTICIA

La teoría de la justicia (John Rawls)  parte del supuesto que no se pueden evitar las desigualdades en una sociedad libre y que en ese contexto un trato es justo si, en primer lugar, la parte más débil queda mejor de lo que estaría sin él. La segunda condición se explica con el siguiente ejemplo: en una empresa pocos son los que pueden  ascender a los puestos de dirección, pero la justicia consiste en que todos tengan la misma  posibilidad de que sus méritos sean reconocidos y de competir por esos ascensos.

1. Precios altos de medicamentos
Todas las personas deberían tener el derecho de recibir los cuidados y medicinas adecuadas cuando tienen problemas de salud. En la actualidad, las personas de bajos recursos no pueden acceder al sistema de salud, y  adquirir los medicamentos es muy costoso para ellos. En el informe del Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de la ONU (DESA), en setiembre,  la ONU señalo que el acceso a medicinas esenciales en los países pobres es escaso, con el 55% en las clínicas del sector público y el 66% en los centros privados. A la vez, el precio de los medicamentos genéricos sigue siendo muy alto para las personas de exiguos recursos. Se puede decir que esta situación es injusta porque mientras que muchas personas mueren por falta de medicamentos, las industrias farmacéuticas obtienen grandes utilidades al año. La tasa de ganancias de Pfizer, la mayor compañía farmacéutica, fue en el año 2004 del 22% del total de las ventas, que fueron de 53 billones de dólares. Esta situación genera un conflicto entre la salud como derecho de todos y las ganancias de las industrias farmacéuticas, las cuales fijan costos altos para los medicamentos efectivos. Las industrias farmacéuticas pueden fijar precios altos debido a que están apoyadas en un sistema de patentes, una patente tiene duración de 20 años. Es decir las industrias farmacéuticas pueden controlar el precio de las medicinas durante 20 años mientras que en los países de bajos recursos muchas personas que en teoría tienen el derecho a la salud mueren por no poder adquirir las medicinas adecuadas.

2. Enfermedades tropicales desatendidas
Todas las personas deberían tener el derecho de recibir el tratamiento adecuado para sus enfermedades, pero esto no es posible mientras no existan medicinas apropiadas para los males que les aquejan. Las llamadas “enfermedades tropicales desatendidas” afectan a más de 1.200 millones de personas de todo el mundo. Un ejemplo de las enfermedades tropicales desatendidas son la malaria y la tuberculosis, las cuales aquejan a millones de personas de los estratos más desfavorecidos de la población mundial. La falta de estímulo comercial para la innovación impide que se investiguen tratamientos más seguros y eficaces para esas enfermedades. La industria farmacéutica es uno de los sectores empresariales que más invierte en Investigación y Desarrollo (I+D) en muchos países, especialmente europeos. Por lo mencionado, el desarrollo de productos farmacéuticos para la salud es liderado por la industria farmacéutica multinacional. Esto, según expertos, ha contribuido a profundizar la conocida brecha “10/90”, que señala que solo un 10% de la inversión en investigación en salud a nivel internacional se invierte en los problemas que afectan al 90% de los más pobres en el mundo. En las industrias farmacéuticas como en toda empresa se busca generar rentabilidad, por ello estas industrias optan por no invertir en enfermedades propias (enfermedades tropicales) de países de bajos recursos. Esta situación es injusta, porque no se respeta el derecho a la atención médica de los sectores de bajo recursos.

En ambos casos, los derechos de los involucrados  pueden ser respetados mediante convenios entre los países de bajos recursos y las industrias farmacéuticas. Esto se puede dar a través del dialogo entre ambas partes.